Hemos caminado por senderos de muerte, visto parajes tan
oscuros y siniestros que Hades prefirió olvidarlos, pero ¿De qué sirve eso? ¿Por
qué caminar y seguir batallando si al final todos nos dirigimos a la Nada? Sin salvación,
ni condenación, ni flores, ni amor; Solo la Nada, la terrible Nada ¡Aléjate de
mí! Prefiero mis senderos de muerte, mi dolor y mi sufrimiento a la condena de
Nada
miércoles, 3 de agosto de 2016
viernes, 17 de enero de 2014
La lluvia
La lluvia caía con inclemencia en
la ciudad, no había día que las calles no estuvieran repletas de riachuelos
moviéndose como serpientes desesperadas por encontrar un nuevo hogar.
El cielo era oscuro y tormentoso,
los rayos eran los únicos destellos que iluminaban el cielo y los truenos
erizaban la piel de todo aquel infortunado que los oía.
En las noticias mostraban los
estragos que sufría la población por la tormenta: inundaciones por la falta de
infraestructura, casas hechas pedazos por la poca calidad de sus materiales,
personas ahogadas en ríos formados en las faldas de los cerros.
Sin embargo, la vida continuaba
en la ciudad, la gente iba a trabajar, a la escuela, a intentar seguir su vida
como si eso fuera normal, a pesar de que todos sabían que esa lluvia tenía algo
extraño, no era común, los abuelos no recordaban un aguacero tan duradero e
inclemente y los niños despertaban llorando por el ruido de los truenos en el
cielo.
Cuando empezó a suceder nadie le
puso demasiada atención, empezó como pequeños baches en las calles, de por sí,
pobremente pavimentadas.
Esos baches se volvieron hoyos
peligrosos, amenazando con destruir la suspensión de los autos, las autoridades
pusieron señalamientos, en el mejor de los casos, aunque la mayoría de las
veces solo ponían una llanta como advertencia, pero eso pasaba en calles
secundarias, lugares sin importancia, así que a nadie le importó.
Como plaga esos hoyos se esparcieron
por toda la ciudad, ya no solo afectaba a calles secundarias en colonias
perdidas, pasaba en avenidas y en colonias de gente mejor acomodada, en parques
y monumentos recién construidos. Desde la banqueta las personas se asomaban
para ver las venas que formaban la ciudad: el cableado de luz, el desagüe y
tubos que nunca se imaginaron que existían debajo de sus hogares.
La gente se alarmaba, las
autoridades intentaban sellar los hoyos que daban al desagüe, pero no servía de
nada, al contrario, la tierra humedecida se hundía más y más hacia el vacío de
las entrañas de la Tierra, con paraguas y chalecos impermeables los niños se
asomaban a la orilla del pequeño precipicio que se había hecho afuera de sus
hogares, escupían y aventaban cosas, pero nadie oía en qué momento caía, tal
vez por el sonido de las gotas de lluvia cayendo contra su impermeable o tal
vez porque ese escupitajo y ese objeto que aventaban ya no formaba parte de la gran
ciudad.
La lluvia seguía cayendo y con
ella una parte de la propia ciudad caía hacia ese vacío indeterminado, como si
un hoyo negro se fuera tragando una ciudad que ya no merecía vivir. Muchas
calles se volvieron cráteres en la tierra, la gente empezó a huir. Muchos
cayeron cuando huían de la ciudad, se perdían en el abismo junto con sus
posesiones y parte del pavimento, solo dejando como testimonio de su existencia
un grito que se oía hasta el infinito.
Nadie entendía por qué pasaba,
nadie podía dar explicación; muchos bajaron al vacío intentando buscar la
iluminación, pero pocos fueron los que subieron y llegaron con más preguntas
que respuestas, hablaban de cosas irreales, cosas absurdas. Muchos de ellos
prefirieron guardar silencio para no arruinar su reputación de personas de
ciencia.
La cuidad se seguía cayendo a
pedazos. Los edificios, que una vez gobernaron el horizonte de la ciudad,
colapsaban rendidos ante las gotas de lluvia no importaba si eran nuevos o
viejos, cuando caían se iban al abismo sin dejar rastro.
Para ese punto la mayoría de la
gente se había ido de la lluvia, del abismo, de la ciudad, de las teorías
absurdas y de los relatos sin sentido. Porque qué persona ecuánime creería en
los comentarios de los ancianos sobre el diluvio, el día del juicio y la ira de
Dios; qué persona cuerda creería los rumores que hablaban de animales acuáticos
debajo de una ciudad que se encontraba entre cerros y muy lejos de las costas,
qué persona con algo de sentido común escucharía seriamente las leyendas que
hablan sobre voces extrañas que salían del abismo.
Los únicos que quedaron atrás
fueron los muy necios, las personas que creyeron poder sacar provecho de la
situación y la gente que no tenía a dónde ir. Solo ellos supieron lo que pasó
la última noche cuando se oyó El Gran Estruendo, solo ellos supieron qué paso
cuando la ciudad se volvió una gruta dantesca aun inexplorada; solo ellos
supieron qué paso cuando la lluvia cesó.
viernes, 2 de agosto de 2013
Reflexión de Shingeki no Kyojin
Las buenas historias son aquellas que te dejan pensando en
ellas durante mucho tiempo después de haberlas escuchado o visto. Ese es el
caso de Shingeki no Kyojin. Es sin duda uno de los animes más estresantes que
he visto en mi vida, sin embargo te mantiene en el filo del asiento con cada capítulo.
En la trama la humanidad esta sitiada por una fuerza superior y puedes sentir
junto con los personajes la angustia y la desesperanza. Los protagonistas
empiezan como los estereotípicos héroes que con sus habilidades superiores al
promedio vencerán sin ninguna dificultad a los enemigos, todo eso cambia cuando
empiezan a morir y ver la carnicería de la batalla, en ese momento es cuando la
trama se vuelve más cautivante: los todos los personajes sienten miedo, no hay
nadie inmune a la masacre, incluso sus victorias son manejadas de tal manera
que le quitan toda la gloria que podría conllevar.
Si tuviera que resumir la trama en un solo tópico creo que
sería: miedo, el miedo y sus efectos en las personas. Muchos huyen, se
paralizan, otros se refugiarse en creencias falsas, intentan destruir lo que no
comprenden aunque eso pueda ser su salvación, sin embargo hay otros que
enfrentan el miedo para salir conseguir una victoria, por efímera que sea ya
que ese es el único camino para su propia salvación. Ahí radica la genialidad
de la historia y sus personajes.
Por eso mismo les recomiendo ampliamente el anime de
Shingeki no Kyojin.
viernes, 4 de enero de 2013
Sorpresas
Cuando la conocí, la confundí con un mueble más, una decoración que se movía en la casa de la anfitriona.
Luego descubrí con desconcierto que ese mueble con dos piernas también hablaba, sin embargo su voz no era importante, era lo que decía lo interesante. Fue primero una broma que me hizo reír hasta las lágrimas, luego un comentario que cambió mí perspectiva sobre el tema que habíamos estado hablado por horas.
Abrumado me sentí cuando entendí que ese mueble que sabía charlar, también tenía sentimientos y me paralicé por la conmoción cuando me di cuenta que esos sentimientos eran bellos y por lo mismo extraños y diferentes.
Al final ese mueble se convirtió en una persona que amaba.
Sin embargo, la sorpresa más grande de todas, fue cuando ella descubrió que yo no era lo que ella buscaba.
martes, 10 de julio de 2012
Indiferencia. Una mirada al sistema educativo.
Tony Kaye, director de Historia Americana X (1998), vuelve a poner el dedo en una llaga ulcerante de la cultura estadounidense: su sistema educativo.
En “Detachment” vemos a un Adrien Brody interpretando soberbiamente a un Henry Bathes, un profesor sustituto incapaz de tener cualquier tipo de relación afectiva duradera, atormentado por los recuerdos incesantes de su pasado, un hombre que se describe así mismo como vacío, no existente, sin sentimientos. Sin embargo en el transcurso de la película vemos que esa falta de sentimientos no son más que un grito desesperado para no volver a ser lastimado.
Pero la película no solo trata de Bathes y su drama personal. No solo trata sobre el cada vez más extraño estereotipo del profesor que llega y transforma la vida de sus estudiantes.
La película también refleja la tragedia del sistema educativo en general.
Vemos un cuerpo docente superado por el entorno, angustiado, impotente, cuando no indiferente o apáticos con su trabajo. Pero la crítica no se queda ahí como con otras películas menos afortunadas (De Panzazo). También observamos a los dirigentes que ven la educación como un negocio al cual se le debe sacar dinero sea como sea. Somos testigos de estudiantes aburridos, enojados y confundidos; vemos una juventud que se devora a si misma en el mar de la apatía y el conformismo.
En este carnaval de desesperanza vemos a los padres siempre exigentes, siempre demandantes. Enojados consigo mismos por su fracaso como padres, pero sin poder identificar su dolor, vuelcan la frustración hacia el sistema educativo al cual demanda que haga el trabajo que ellos no tienen tiempo para hacer.
Es una trama que refleja sin tregua ni misericordia la vida cotidiana dentro del aula, su indiferencia y vacuidad.
El final de la película, que es impactante per se, es un simbolismo poco esperanzador, no solo de la mente de Bathes, es una metáfora de todo el sistema educativo y de la sociedad misma que lo sustenta.
jueves, 28 de junio de 2012
Baudrillard tenia razón
Allá por 1987 Baudrillard
decía que la sociedad se había vuelto una masa neutra, una masa inerte,
silenciosa; que carece completamente de significado, es la masa estática. No se
mueve, no es fiel a nada, no tiene identidad, ni sentido y rechaza todo significado.
Se mueve hacia donde la televisión le indique, se viste como lo indique la
moda, cree en lo que las estadísticas digan que hay que creer y siente lo que
las mass media le digan que debe de sentir.
Han pasado más
de 20 años desde que Baudrillard señaló esto y hoy en México vemos que sigue
tan vigente como el día que se dijo.
La clase
política y los medios de comunicación tienen la idea que manipulando las
encuestas electorales se manipula la idea que tiene la población; generando así
un derrotismo anticipado.
Y tienen razón.
Lo que vemos no
es un conjunto de ciudadanos eligiendo a su candidato, lo que vemos es una
manipulación descarada de los mecanismos de sufragio, las encuestas en los
medios de comunicación, todo para poner un candidato como “indiscutible
ganador” y muchas personas votaran por él, por el sencillo hecho de que va
“ganando” en las encuestas.
No tenemos una
población de individuos eligiendo, vemos la masa inerte que busca sentido e
identificación en encuestas que les marcan constantemente como deben pensar,
con que identificarse.
La triste
realidad es que la misma participación ciudadana que vemos no es otro reflejo
de la indicación de los mass media que les ordena: ¡Deben interesarse! Solo
porque está de moda, moda que sustentara en papel el juego democrático. “Las masas tratan las elecciones políticas
como una representación teatral” y como toda representación, termina y la
masa volteara al siguiente tema candente, vuelve a su inconformidad callada, a
su inercia e inactividad. La masa siempre en busca de nuevos temas, de nuevas
emociones. Activismo de 15 minutos sin propuesta ni profundidad.
La masa busca
escapar del vacío, de la inamovilidad en la que se encuentra, sin embargo no
logra percibir que es esta búsqueda de identidad, en las encuestas, la que
anula completamente su voluntad.
Lo que vemos ya
no son las masas disciplinadas de la modernidad, ya no vemos al partido único
característico de nuestro sistema político, pero en este año de elecciones en
México, tampoco vemos una democracia en el sentido ideal de la palabra, ahora
vemos el sin sentido de una masa “liberada” que no logra escapar de la falta de
su propia identidad, vemos unas “elecciones” muy posmodernas
y una masa inerte que ayuda con su apatía natural a realizarlas. Por eso digo:
Baudrillard tenía razón.
domingo, 24 de junio de 2012
Soledad
¿Hola? ¿Hay alguien ahí? No alcanzo a verte, pero por
primera vez en mucho tiempo siento la presencia de otra persona, ¿estás detrás
de esa tenue luz? Me gustaría saber de dónde vienes, ¿quién eres? Pero dudo
mucho que hayas venido a platicar ¿Has venido a matarme acaso? ¿Por fin me
sacaran de esta prisión? ¿Se detendrá este castigo por un delito que
desconozco?
Tu silencio te delata visitante, solo vienes a observarme, a
conocer de mi tragedia, a entretenerte con mi sufrimiento, pero ¿qué más da? Tu
estas afuera y yo dentro ¿cierto? ¡Voyerista! Pues entonces ¡Jodete! Tú y todos
los de tu tipo, pervertidos y degenerados que disfrutan del dolor ajeno y
celebran la muerte mientas están seguros en la comodidad de sus hogares.
No quiero llorar, pero te odio, a ti, a los que vinieron y
los que vendrán, ustedes nunca entenderán lo que es vivir solo para estas
palabras, encerrada aquí por capricho y divertimento de una mente enferma.
Y aun así, te amo pues vivo sólo cuando alguien como tú
conoce mi tragedia.
La luz mengua, ¿se está acabando, verdad? Por favor no te
vayas, volveré a esperar, volveré a morir. Aguardando a que alguien más llegue,
que alguien más me conozca, pero ¿y si no llega nadie? ¿Y si no puedo morir?
Adiós extraño, te odio, pero gracias por darme voz.
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