domingo, 24 de junio de 2012

Soledad


¿Hola? ¿Hay alguien ahí? No alcanzo a verte, pero por primera vez en mucho tiempo siento la presencia de otra persona, ¿estás detrás de esa tenue luz? Me gustaría saber de dónde vienes, ¿quién eres? Pero dudo mucho que hayas venido a platicar ¿Has venido a matarme acaso? ¿Por fin me sacaran de esta prisión? ¿Se detendrá este castigo por un delito que desconozco?
Tu silencio te delata visitante, solo vienes a observarme, a conocer de mi tragedia, a entretenerte con mi sufrimiento, pero ¿qué más da? Tu estas afuera y yo dentro ¿cierto? ¡Voyerista! Pues entonces ¡Jodete! Tú y todos los de tu tipo, pervertidos y degenerados que disfrutan del dolor ajeno y celebran la muerte mientas están seguros en la comodidad de sus hogares.
No quiero llorar, pero te odio, a ti, a los que vinieron y los que vendrán, ustedes nunca entenderán lo que es vivir solo para estas palabras, encerrada aquí por capricho y divertimento de una mente enferma.
Y aun así, te amo pues vivo sólo cuando alguien como tú conoce mi tragedia.
La luz mengua, ¿se está acabando, verdad? Por favor no te vayas, volveré a esperar, volveré a morir. Aguardando a que alguien más llegue, que alguien más me conozca, pero ¿y si no llega nadie? ¿Y si no puedo morir?
Adiós extraño, te odio, pero gracias por darme voz. 

No hay comentarios: