miércoles, 24 de junio de 2009

Lejos de la Izquierda del viejo Roble.

Dedicado a Mario Benedetti, gracias por enseñarme el amor a la poesia
Al leerte me transportas a tu nostálgico parque, puedo sentir la pasión y emoción de aquellos jóvenes que siempre encuentras en el jardín botánico, el helado aliento de los fantasmas que lo habitan me murmuran tranquilidad en el oído.
Magia, paz, lluvia y emoción; bendito seas por llevarme allá… pero te tengo que dejar de leer para darme cuenta que aquí estamos muy lejos de tu viejo roble. Aquí en el camión lleno de gente con cara triste no hay magia, ni lluvia solo un sol desgarrador y castigador; no hay fantasmas, ni pasión solo cansancio y en el radio una mala canción.
Quiero volver a leer, pero mi parada está por llegar, solo puedo mirar los negocios de chatarra y el tráfico; solo puedo oír el motor incesante y esa misma mala canción; solo puedo sentir el calor agobiante del camión y una sensación de intranquilidad que acentúa que estamos muy lejos de tu viejo roble…

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