lunes, 23 de junio de 2008

El pacto

“Solo, siempre he estado solo, la vida me ha dado bofetada tras bofetada sin poder hacer otra cosa que poner la otra mejilla, mi vida ha sido un sendero gris que he transitado sin pena ni gloría… sin embargo quiero vivir.
Hace algunos años me diagnosticaron cáncer y de ahí mi salud día a día empeora y la quimio no me ayuda para Nada.
No quiero ver las montañas, no quiero ver el mar, ni un poético amanecer, solo quiero pararme, ver las noticias e ir a trabajar sin tener este maldito dolor que invade todo mi ser. Vivir…para vivir, solo hago esto para vivir, para seguir respirando sin pensar en el dolor.
Me tomó mucho tiempo investigar los pasos a seguir, en un mundo de charlatanes y mentiras la verdad se volvió el grial que me curaría. Aun recuerdo cuando por fin encontré a la persona que me enseñaría, parece que fue hace tanto…”
Su aliento pútrido olía como pescado echado a perder, sus dientes amarillentos y cafés no ayudaban a cambiar el aspecto siniestro de su cara, sus ojos estaban ocultos tras una venda vieja y roída. Su ropaje negro ocultaba sus huesos deformes y sus uñas daban la impresión de ser garras de un animal salvaje y moribundo.
A pesar de que el lugar en ruinas tenia muchas cosas que podrían considerarse interesantes, sobre todo para los morbosos, él no podía dejar de mirarla.
–Extraño, deja de observar mi belleza interna y dime: ¿A qué has venido? –Su voz ceniza parecía tan siniestra como su hogar–
–Vengo por el saber.
– ¿Qué saber te puede dar una anciana? ¿A qué te refieres? Solo soy una pobre ciega que vive de su pensión.
Con voz temerosa y asqueada por la sonrisa burlona de la anciana dijo lo que le habían dicho que dijera:
–Ven…vengo con el pago exacto por sus servicios bruja, el chamán me envía.
–Ahh, ya veo. Muéstrame el pago.
Confundido el Extraño miro la mano deforme de la anciana que se extendía hacia él, hasta que, a pesar de un temblor que apenas podía controlar, saco el pago y se lo dio.
Ella sonrió con una mueca casi salvaje, se paro y empezó a buscar entre sus pertenencias extravagantes mientras decía:
–El conocimiento que buscas Extraño, es antiguo y peligroso, sin embargo es muy poderoso, ¿Estas consiente del precio que pagaras?
–Sí, lo sé, pero solo quiero vivir.
–Ya veo, por la esperanza de sobrevivir, el ser humano ha cometido muchas atrocidades, eres un digno representante de tu raza. Sin embargo, la enfermedad que te carcome será curada.
Al oír esto El Extraño sonrió, por fin, después de tanta penuria, una esperanza.
–Toma Extraño, los ingredientes están dentro de la bolsa y el libro dice los pasos exactos a seguir…solo hay un ingrediente que no esta en la bolsa y espero que entiendas la razón.
El extraño lleno de curiosidad leyó la lista con cuidado y sus ojos se llenaron de lágrimas.
–No, otra vez no.
La anciana rió –La vida a la que te quieres aferrar desesperadamente es cruel Extraño, muy cruel.
“Extraño me llamo, sin embargo en como me lo decía, era como si fuera mi nombre y no algo despectivo “extraño” esa palabra me es tan familiar.
Primero abro el libro, lo he estudiado exhaustivamente, no debo cometer errores: el día es el indicado, la noche es perfecta, no volveré a tener una oportunidad como esta.
Prendo las velas por toda la habitación y las sombras bailan al ritmo de un son profano que solo ellas escuchan, a cada paso, a cada movimiento de la llama, el olor que desprenden se vuelve más intenso: más repulsivo. Marco con la piedra roja de la bruja los símbolos depravados. El olor se hace cada vez más fuerte, pero todavía puedo controlarlo. Con manos temblorosas pongo las velas en cada una de las puntas de los símbolos, mi pecho me presiona, mi garganta se tapa y no puedo respirar, me falta aire y toso, todo mi cuerpo esta sudando y temblando, poco a poco mi vista se nubla ¿Esto es la muerte? ¡NO! No puede terminar así, no estando tan….”
El extraño esta en una cama mirándose en un espejo, su cuerpo nunca ha estado en forma, pero ahora se ve destruido: sin su cabello negro, ojeroso, pálido y extremadamente delgado. Avienta con ira el espejo y empieza a llorar; la habitación blanca es tétrica a esa hora de la noche, tan vacía, solo una tele y otras camas a los costados. Cierra los ojos y sus manos tapan su rostro como intentando ocultar su miseria a unos visitantes inexistentes. Pero no puede huir, sus nauseas no se van, los quejidos casi fantasmagóricos de los demás pacientes no se alejan.
Con voz desesperada una mujer dice como mantra:
–No quiero morir…no quiero morir….-un quejido largo- No quiero morir. Lagrimas siguen saliendo del Extraño
–Yo tampoco –se repite para si mismo-
“¿Cuánto tiempo me fui? Una hora tal vez, dulce Satán me has salvado, ¿quieres mi alma verdad? Bueno no quiero decepcionarte. El dolor continua, pero es controlable. Es curioso que recordara eso, como me hubiera gustado que la vida fuera como en las películas, que apareciera una bonita enfermera que me cuidara y nos enamoráramos perdidamente rompiendo con mi malestar, sin embargo eso nunca pasa, solo existe la soledad.
Basta de divagar, es hora de continuar.
Prendo los inciensos y el ambiente se vuelve tenso, el humo gira en el aire como almas intentando ser liberadas de su prisión, prisión que pronto será la mía.
Ahora viene lo más delicado. Me quito la ropa y mi cuerpo tiembla ¿acaso es por el frio? ¿La emoción? ¿Miedo? No, es por el asco y la culpa.
Me quedo quieto viendo el último ingrediente, no puedo hacerlo… pero en mi mente solo se oye esa voz: “No quiero morir” repítelo Extraño “NO quiero morir” Toma valor Extraño, solo un paso y no morirás, solo un último sacrificio. Me he dicho Extraño, es acaso que he olvidado mi propio nombre, tal vez deba… ¡No! Lo haré, no me importaría morir si tan solo supiera, si tan solo creyera, pero yo sé la triste verdad, la muerte es lo ultimo, luego la Nada, la eterna, fría y solitaria Nada…
¿Cuánto paso? Dios… ¡lo hice! Por fin lo hice, no recuerdo cómo, pero ahora tengo el último ingrediente; mi cuerpo sigue temblando, es como si intentara evitar este último pecado. Marco con la mayor precisión posible los símbolos en mi cuerpo los puntos de la vida y las velas se ponen inquietas. Tomo un vaso de cristal, lo lleno con el ingrediente y lo hecho sobre mi cabeza.
Entro en el símbolo, hace frío ¿viento acaso? ¿De dónde viene?
Digo las frases que me causan una horrendo vacío en el estomago; con el cuchillo me corto y mi sangre se mezcla con la suya, cae al suelo, alzo los brazos y digo la ultima frase incomprensible con un grito atronador, las velas brillan furiosamente, el viento es rápido dentro de la habitación haciendo ruidos lamentables y el humo del incienso baila, parece contento.
Me quedo quieto con las manos hacia el cielo, mi respiración es agitada, mi cuerpo tiembla, ahora sé por qué, es por miedo y Nada, no pasa Nada, el dolor sigue controlable pero mi corazón late rápido, ¡No!, no puede ser.
Bajo las manos, mis ojos quieren salir de su órbita, quieren huir. Fracase.
NO.
Debí equivocarme en algo.
Salgo del pentagrama y leo el grimorio, repito una vez más todo, con sumo cuidado, aun hay tiempo, aun hay ingredientes.
Nada.
Se me acaba el tiempo, vuelvo una vez más, no debo perder tiempo, los preparativos pierden ritual, pero no importa: Nada, ¡otra vez! ¡NADA! ¡Otra vez, otra, otra y otra!...
NADA
Bajo los hombros, mis manos caen al suelo junto con mis rodillas. Mi cuerpo esta empapado en sangre del ingrediente, tembloroso, mis ojos no pueden dejar de ver el Vacío y empiezo a llorar.
No quiero morir, la voz de la mujer se vuelve la mía. No quiero morir, Abrazo mis rodillas ¿alguien oye mis pensamientos? ¿Madre, estas ahí?
Pero no contesta, Nadie contesta, solo esta la soledad, este maldito dolor y la Nada. No existe Satán, ni Dios, solo el dolor y la Nada. Y están los ojos abiertos, muertos de ella para recriminármelo hasta el día que la Nada por fin me consuma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

solamente por que ustedc lo pidio aqui le dejo un nuevo blog que he hecho


ahy espero su visita



cuidece



paz

Anónimo dijo...

algo desesperante la accion mas sin embargo, en ese tipo de situaciones tan marcadas donde uno no puede hacer nada busca la manera de poder hacer lo que sea para poder "salvarse"...

la soledad y la nada...

solos venimos y solos nos vamos...
nada eramos y en nada nos convertiermos...

todo eso esta presente siempre

pero cegados por la vida comprada qu tenemos no nos damos cuenta de ello


solo reimos cuando queremos reir, y reimos cuando queremos llorar...


para ocultar lo que sentimos tratabdo de complacer a los demas... sin pensar en nosotros... y sin analizar esa soledad y esa nada...

ALEJANDRA RCH dijo...

la vida nos da la oportunidad solo uno la destruye, cada uno marca su ruta y nadie mas te ayuda.

siempre hay una salida antes de la entrada pero a veces la ociosidad nos lleva por rumbos muy malos.

aqui la cosa es valorarte y luego siempre recordarlo, que es lo mas dificil.